Según los datos históricos, antes del año 1520 ya había carnaval en la ciudad de Santo Domingo, Primada de América, declarada por la UNESCO, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En pleno apogeo colonial se celebraban los carnavales de carnestolendas, pero también como culminación de grandes acontecimientos y festividades religiosas, en honor a San Juan Bautista, Las Mercedes, San Miguel, San Carlos, Corpus Christi, entre otros.
El carnaval se transforma a partir del presente siglo, sobre todo a mediados, con los cambios socio-económicos-políticos-urbanos de la ciudad, donde el pueblo surgirá como un protagonista fundamental.
Mientras en esta época, en la calle el Conde y los clubes privados se expresaba un carnaval de élites europeizadas, en el Parque Enriquillo se realizaba un carnaval popular, convirtiéndose este en el centro del carnaval popular, de donde van a surgir una rica cantidad de personajes, como: Se me muere Rebeca, Califé, Los Indios, Los Africanos, los Ali-Baba entre otros, donde van a particularizarse los Diablos Cojuelos, dentro de un proceso de mulataje y criollización.
Las expresiones carnavalescas en la República Dominicana son variadas llegando a celebrarse en más de 100 municipios aunque en muchos de ellos se repiten personajes.
Estas expresiones folclóricas no solo se presentan en el mes de febrero, ya que, también se presentan en muchas comunidades de nuestro país, a finales de Semana Santa y también para la fecha de la Restauración.
En Santo Domingo el carnaval tiene características diferentes a las demás provincias por ser esta la capital de la República Dominicana, donde convergen las representaciones de otras ciudades del país, a pesar de que los carnavales de Santiago y La Vega tienen una carga de tradición y popularidad, el carnaval de Santo Domingo es el centro de las actividades oficiales, iniciándose con el acto aislado (unos días antes del verdadero inicio del carnaval) de la coronación del Rey Califé.
El área principal de celebración que utiliza este carnaval es la avenida George Washington, a orillas del Mar Caribe, en el denominado malecón.
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